Para alegría de Roberto Soldado y descanso de Vicente del Bosque, un solitario gol del delantero del Valencia descerrajó a Georgia. De haber tropezado, al seleccionador ya le lloverían chuzos de punta. Y al futbolista, que tuvo una actuación muy espesa en medio de aquella frondosa selva amazónica que fue la defensa georgiana, le habrían segado la hierba bajo los pies. Sin embargo, ese tanto que acarreó la victoria, cambia las firmes convicciones de algunos analistas y descargan sus escopetas. Así son de coherentes. Con todo y con eso, ya ha surgido la inevitable y original polémica: ¿Por qué no jugó Fernado Torres en lugar de Soldado? La pregunta no es inocente porque viniendo como viene de Madrid, está cargada de aviesas intenciones. En realidad, más que un interrogante, es una demanda. O, si me apuran, una orden. La postergación al banquillo de FT, es un trago difícil de embuchar para esos medios madrileños que se empeñan en abultar los atributos -futbolísticos- de El Niño II. (La saga la inició El Niño Raúl y en cuanto este comenzó a envejecer, le buscaron enseguida heredero).
Fernando Torres posee una poderosa zancada; pero casi nunca llega a tiempo; tiene una inabarcable envergadura para pelear con los defensas, pero no sabe ganar la posición; cuando dribla en largo se le va medio metro el balón y lo acaba perdiendo... Se trata de un tipo con muy buenas intenciones... que casi nunca se concretan. Eso sí: Cuenta con un respaldo mediático avasallador. Como muestra, ahí va un botón: En sus 100 partidos con La Roja, Torres ha marcado tan solo 31 tantos, una cifra muy raquítica para un -teórico- delantero centro goleador. Justificación de Juan Carlos Rivero, comentarista de TVE: "Ha tenido una mala recha". Acabáramos. Mala, prolongadísima e inacabable racha, habría que añadir.
Por contra, a David Villa, que ha logrado 52 dianas en 82 partidos internacionales, aún se le buscan las cosquillas de su indiscutible titularidad. El propio Soldado, que lleva cuatro goles en seis partidos con la Selección, presenta mejor promedio que el tan cacareado delantero madrileño, cuya pertinaz presencia en las convocatorias resulta a veces sospechosa de acongojamiento de los seleccionadores frente a las acometidas de la artillería mediática central. Esta vez, sin embargo, la osadía del técnico ha obligado a los panegiristas de Torres a tener que comérselo con patatas fritas. Nada puden objetar: Spain, three points!. Feliz (in)digestión.
Fernando Torres posee una poderosa zancada; pero casi nunca llega a tiempo; tiene una inabarcable envergadura para pelear con los defensas, pero no sabe ganar la posición; cuando dribla en largo se le va medio metro el balón y lo acaba perdiendo... Se trata de un tipo con muy buenas intenciones... que casi nunca se concretan. Eso sí: Cuenta con un respaldo mediático avasallador. Como muestra, ahí va un botón: En sus 100 partidos con La Roja, Torres ha marcado tan solo 31 tantos, una cifra muy raquítica para un -teórico- delantero centro goleador. Justificación de Juan Carlos Rivero, comentarista de TVE: "Ha tenido una mala recha". Acabáramos. Mala, prolongadísima e inacabable racha, habría que añadir.
Por contra, a David Villa, que ha logrado 52 dianas en 82 partidos internacionales, aún se le buscan las cosquillas de su indiscutible titularidad. El propio Soldado, que lleva cuatro goles en seis partidos con la Selección, presenta mejor promedio que el tan cacareado delantero madrileño, cuya pertinaz presencia en las convocatorias resulta a veces sospechosa de acongojamiento de los seleccionadores frente a las acometidas de la artillería mediática central. Esta vez, sin embargo, la osadía del técnico ha obligado a los panegiristas de Torres a tener que comérselo con patatas fritas. Nada puden objetar: Spain, three points!. Feliz (in)digestión.
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