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domingo, 17 de marzo de 2013

SOLDADO, EL GOL ESPAÑOL

Con el duelo ante el Atlético en el horizonte, el capitán sufrió una torcedura de tobillo en la acción del penalti de Amaya El valenciano gana el duelo con Rubén Castro, caza a Negredo y se lesiona


PACO HUGUET | VALENCIA..- Roberto Soldado volvió ayer a ocupar el lugar que le corresponde, como máximo anotador español en la Liga. Eso sí, empatado a 14 goles con Álvaro Negredo, que juega su partido hoy. Pero al menos el delantero valenciano se pone por delante de otro futbolista que también llevaba 13 goles, el delantero del Betis Rubén Castro.
 
El atacante bético apenas rascó bola anoche en Mestalla, sobre todo en los primeros minutos. Soldado, por su parte, comenzó muy activo el partido. El Valencia arrancó el choque muy bien y encontraba arriba a su '9'. El futbolista de Don Bosco intervenía mucho, cada uno o dos minutos, en la punta o en una banda, incluso en labores defensivas. Y como era de esperar, en una de esas llegó el penalti de Amaya (con roja) tras polémico al borde del área, en una jugada que se convirtió en peligrosa con un envío de Feghouli. Gol, 1-0 y máximo anotador nacional.

El Betis, por el contrario, estaba desaparecido. Tanto es así que prácticamente el primer balón que tocó Rubén Castro fue para sacar de centro después del gol de su oponente Soldado. Habían pasado ya ¡15 minutos! No conseguía ver balón ni de delantero centro ni yéndose a la derecha.

No obstante, ironías del fútbol, la cosa cambió tras el 1-0 inicial en este duelo particular entre Soldado y Rubén Castro. Poco a poco, el capitán blanquinegro fue diluyéndose. A partir del minuto 20 sus intervenciones se espaciaron hasta resultar casi anecdóticas.
Por el contrario, el ya veterano futbolista bético, que cumplirá 32 el próximo mes de junio, se vio beneficiado por el cambio de dibujo que planteó Pepe Mel al quedarse su equipo con un hombre menos sobre el terreno de juego. Rubén Castro se escoró a la banda izquierda, mientras que Molina entraba más por el centro.

Feghouli y Joao Pereira lo controlaron bastante bien. Especialmente en los primeros minutos en esa nueva ubicación. Tanto era así que Rubén Castro se desesperaba, pidiéndola o lamentándose cuando fallaba un pase.

Cambio radical
Pero poco a poco fue entonándose y lanzó el primer disparo a puerta de su equipo a la media hora de juego. El tiro, muy manso, terminó en las manos de Diego Alves. Sin embargo, sirvió para entonarle, porque dos internadas suyas hicieron que Feghouli cometiera sendas faltas cerca del pico del área, una posición muy buena para Beñat. Sobre todo la segunda, ya casi a la hora del descanso. Y también tuvo la suya, con un disparo desde el punto de penalti que pudo tapar el portugués Joao Pereira.

En el otro lado, Soldado iba desvaneciéndose, como avanzando lo que iba a ocurrir después. Sólo reapareció en un intento de remate al que no llegó en el segundo palo (34') y para iniciar una protesta en la que reclamaba córner. Lo hizo sin demasiados aspavientos, como si recordara las conversaciones que sobre este tema ha mantenido con Valverde.

Con el 1-0 y 14 goles en su cuenta (13 de ellos en Mestalla y sólo uno fuera, en Pamplona), Soldado parecía haber cumplido con su labor en el día en que una pancarta celebraba los 15 años del debut de David Albelda. «Etern capità», rezaba. El mismo día en que el estadio dedicó un 'minuto' de silencio al fallecido actor Pepe Sancho. Su primo y exministro, Antoni Asunción, vio el partido desde el palco.

Resultaría demasiado facilona la metáfora de que el delantero del Valencia siguió desaparecido en combate tras el descanso, pero es que apenas intervino. Así, en el minuto 52 dejó su sitio a Nelson Valdez y el brazalete a Banega. Pero la razón de su bajón de nivel no fue otra que una torcedura de tobillo en la jugada del penalti y cuya gravedad deberá confirmarse a partir de hoy. A una tarjeta de la suspensión, con la Champions encarecida por la Real Sociedad, el Atlético de Madrid como próximo rival y las evidentes molestias físicas, no era cuestión de arriesgar. Mientras, ya sin su gran rival sobre el terreno de juego, Rubén Castro se mantuvo como el máximo referente de los suyos arriba, creando peligro, y bastante, a cada rato, pero sin encontrar la suerte que le habría igualado con Soldado y Negredo.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2013-03-17/soldado-espanol-20130317.html

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