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miércoles, 7 de octubre de 2009

La lesión de Villa y sus cifras

Ha llegado el momento de recurrir a la hemeroteca, de echar mano a las estadísticas y de repasar los partidos que ha disputado el Valencia desde el verano de 2005 hasta hoy. A muchos no les llega la ropa al cuerpo cuando recuerdan que los servicios médicos del club han estimado un plazo de tres semanas para la recuperación de David Villa, y sin mirar más allá, el rival inmediato que visitará Mestalla es ese Barça que esta temporada todavía no ha incluido en su diccionario la palabra derrota.
Como en años anteriores, la ausencia del Guaje ha reabierto el debate sobre la importancia de que el asturiano esté en el equipo, sobre todo porque se acerca el equipo azulgrana y también porque el Valencia no ha hecho más que salir de una minicrisis de resultados desfavorables.
¿Existe la 'Villadependencia'? Sus cifras, desde luego, parecen ratificarlo. Son harto elocuentes. Avalado por unos guarismos que quitan el hipo a los defensas rivales, el delantero de Tuilla lleva galones de estilete de primera fila. Es el pichichi de la Liga española. Una garantía del gol y no hace falta preguntarse qué sería del Valencia sin él, porque ya lleva tiempo convertido en el principal referente del proyecto.
En la mayor parte de las ocasiones, que han sido pocas afortunadamente, cuando por hache o por be David Villa se ha ausentado de la formación blanquinegra, los resultados no han acompañado al Valencia. ¿Casualidad?
Ahora se repite la historia de hace dos años, pero que nadie tiemble que ni Soler ni Wolstein ni Koeman vuelven al Valencia. Es sólo la situación, que resulta similar. En diciembre de 2007, en Londres, ante el Chelsea, en Champions, una rotura de fibras (entonces en la pierna izquierda), apartó a Villa de aquel encuentro y del siguiente compromiso liguero, que era frente al Barcelona en Mestalla. Como ocurre ahora.
La 'Villadependencia' está ahí, sobre la mesa. Pero el Valencia debe tener un plan B. No puede ni debe quedarse en lamentaciones. Ha de ser y aspirar a algo más. El Guaje, con sus goles, ha proporcionado vida al equipo, y el equipo, ahora sin el artillero, está obligado a dar vida a sus fervientes seguidores.

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